sábado, 14 de julio de 2012

BARROCO SXVII


La palabra "barroco" tiene un origen portugués, sinifica "berrueco" o piedra irregular. Su finalidad es evidentemente didáctica: la propaganda de la Iglesia Católica Universal. Y en cuanto a la temática del arte se puede resumir en lo siguiente : todo lo que negaba Lutero, la Iglesia lo reafirma: los Santos, La Virgen, la exaltación de la Iglesia triunfal. (Ver página anterior,Concilio de Trento, 1545-63)
 
Barroco es la continuación al manierismo italiano de la primera mitad del SXVI: abandona la serenidad clásica para expresar un mundo en movimiento y la agitación de los sentidos. Es el arte de la Contrarreforma para reaccionar contra la severidad del protestantismo. La Iglesia alentó la edificación de templos con profusión de esculturas. Tanto las artes como la música iba dirigido a emocionar la devoción de los fieles mediante estímulos.
Iglesia del Gesú. Roma. Iglesia del Gesú. Roma.
En 1540, San Ignacio de Loyola funda la Compañía de Jesús, siendo la Iglesia del Gesú en Roma el primer y mejor ejemplo de la estética barroca, además de la segunda más grande de la Orden de los Jesuitas, en honor a su fundador. De acuerdo con las aspiraciones de la orden en promover la fe católica mediante las artes y las ciencias y el envío de predicadores a todas las naciones para la conversión de los fieles.
La arquitectura barroca se subordina a la decoración. 
Andrea Pozzo. Apoteósis de San Ignacio 1691-94 Andrea Pozzo. Apoteósis de San Ignacio 1691-94
El fresco del techo de Andrea Pozzo crea una arquitectura ilusionista mediante la técnica pictórica del trompe-l'oeil, donde San Ignacio recibe la luz de la Anunciación que surge de Cristo y la transmite a los 4 continentes.
El barroco romano se encuentra ligado al nombre de un escultor: G Lorenzo Bernini (1598-1680). Su fama traspasó fronteras. Concibió interiores completos en los que combinó los distintos géneros artísticos en impresionantes obras globales llenos de contenido
Éxtasis de Santa Teresa. Bernini.1646. Santa Maria della Vittoria,Roma Éxtasis de Santa Teresa. Bernini.1646. Santa Maria della Vittoria,Roma
El punto central de la Capilla Cornaro es el tabernáculo en el que se erige un grupo de mármol blanco El éxtasis de Santa Teresa, (1646) donde los enormes rayos dorados caen sobre la santa renovadora de la orden de los carmelitas, mística y escritora, en un éxtasis visionario descrito por ella misma. Recurre a los medios propios del teatro y a una aplicación inteligente de la luz, como si de un escenario se tratara.
Como vemos se rompe con la armonia de la etapa anterior. Hay un gusto por lo teatral, por la complejidad de formas, los contrastes de luz, la tensión.
Plaza de San Pedro. Bernini. Plaza de San Pedro. Bernini.
Lorenzo Bernini,hijo de Pietro (1598-1680), escultor,arquitecto y pintor, junto con Borromini es uno de los arquitectos más representativos del barroco. La protección de los papas Urbano VIII (1623-24) y Alejandro VII (1655-57) influyó en sus obras de forma decisiva. Imprimió efectos escenográficos combinando proporciones y perspectivas. La plaza de San Pedro proyectada por Bernini para acoger a los peregrinos es una de las joyas del barroco italiano. Está planteada como " 2 brazos que reciben maternalmente a sus fieles", así  da la Iglesia la bienvenida a sus fieles.
Baldaquino de San Pedro. Bernini.1624 Baldaquino de San Pedro. Bernini.1624
La exaltación de la temática religiosa y el proyecto de reforma emanado por la autoridad papal responde a una necesidad política-religiosa: volver a conferir importancia a las grandes basílicas romanas y facilitar el acceso a los peregrinos.
El Baldaquino de San Pedro (1624-33) encargado a Bernini, en colaboración con Borromini, representa este concepto de exaltación papal. De estructura a medio camino entre escultura y arquitectura utiliza columnas salomónicas por primera vez desde la Antigüedad, decoradas con pámpanos de vid haciendo referencia a la Eucaristía.
Fachada Basílica de San Pedro. Maderno. 1607-14) Fachada Basílica de San Pedro. Maderno. 1607-14)
Se llega a la Basílica de San Pedro por la Vía de la Conciliación, trayecto obligado para acceder a la monumental Plaza de San Pedro (Bernini), plaza elíptica cerrada en el fondo por la fachada de Maderno realizada entre 1607 y 1614. Ocho grandes columnas y 8 pilastras con capiteles corintios sostienen el friso sobre frntón triangular. El cuerpo superior está coronado por elegante balaustrada y estatuas de los apostoles. El balcón central recibe el nombre de Logia de las Bendiciones desde donde se anuncia la proclamación del nuevo papa y la bendición Urbi et Orbi.
Esta basílica se remonta a Constantino el Grande en el año 324. En 1506 el Papa Julio II adoptó el proyecto de Bramante (cruz griega y 3 naves), continuado por Rafael y Miguel Angel añade  la gran cúpula (Vignola, Dellaporta, Fontana).Bernini añade la columnata ya en el barroco y Maderno la fachada.
Santa María de la Defensión. Cartuja de Jerez.1667 Santa María de la Defensión. Cartuja de Jerez.1667
Santa María de la Defensión , más conocida como Cartuja de Jerez fue construida en 1667. En esta imponente fachada barroca llama la atención una gran roseta enmarcada en una estructura cuadrada, flanqueada por nichos de doble columna en los que reposan estatuas de los monjes de la Cartuja.. En lo más alto, en un nicho circular está el fundador de la orden de los cartujos, San Bruno.
Sacristía de la Cartuja de Granada. Sacristía de la Cartuja de Granada.
Una de las obras más importantes del barroco español es la Sacristía del Monasterio de la Cartuja en Granada. Dicho Monasterio tiene su origen en una cesión del Gran Capitán del año 1506. Las paredes recubiertas por estuco blanco con relieve y la estatua de San Bruno ocupa una posición dominante en el retablo de mármol policromo.
Sillería del coro de la Catedral de Málaga.1630-1660 Sillería del coro de la Catedral de Málaga.1630-1660
Una de las grandes joyas de la Catedral de Málaga es la sillería del coro en madera de cedro, alerce y nogal construido a mediados del SXVII con relieves laboriosos y respaldos de imágenes de santos de aproximadamente un metro..Fueron varios los artífices, hasta el año 1662 cuando se encargó al escultor Pedro Mena que terminara la obra: 42 sillas de coro con representaciones  hagiográficas. Las esculturas dan fe de la religiosisdad del escultor que concentraba toda su fuerza expresiva en las manos y el rostro de los personajes.
Basílica de El Pilar. Zaragoza. Basílica de El Pilar. Zaragoza.
Cuenta la tradición que a orillas del rio Ebro en la ciudad Cesar Augusta, actual Zaragoza, el 2 de Enero del año 40 dC, la Virgen Santísima se apareció en carne mortal al apostol Santiago y un grupo de conversos a orillas del rio sobre un pilar de mármol y le pidió que en aquel lugar le diese culto para siempre. Construyeron una pequeña Capilla, en torno al Pilar donde Ella estaba de pié. Desde 714 existen documentos escritos que confirman este Templo como lugar de peregrinación. Cuando en 1118 la ciudad de Zaragoza fue reconquistada por los cristianos y por el rey  Alfonso I de Aragón a los sarracenos, El Papa Gelasio II para agradecer la ayuda a la Virgen del Pilar ofreció indulgencias para la reconstrucción de una gran iglesia en honor a la Virgen.Y así sucesivas ampliaciones hasta que en 1670 se promovió la construcción del templo barroco por Francisco de Herrera el Mozo. Ventura Rodriguez culminó la reforma en 1765 y en SXIX se culminaron las cúpulas.
 
El PILAR, símbolo de solidez, fortaleza y fidelidad a Dios, es una columna de jaspe de forma cilíndrica 1´67 de altura y 25 cm de diámetro. La Virgen en madera, de 38 cm, sostiene al niño en brazos y tiene en la mano izquierda un pajarito.
 
 
Oratorio de San Felipe Neri. Cádiz Oratorio de San Felipe Neri. Cádiz
En el Oratorio de San Felipe Neri en Cádiz se redactó la primera Constitución española en 1812. Iglesia de planta ovalada para la que el compositor austriaco J.Haydn escribió"Las siete últimas palabras de Cristo en la Cruz".
 
Uno de los grandes genios de la pintura italiana del barroco es Michelangelo Merisi da Caravaggio (1571-1610), discípulo de Tiziano y de la escuela veneciana. Aprendió el magistral manejo de la luz y el color. Trató por primera vez el tema de la naturaleza muerta y bodegones mezclando el realismo con un trasfondo alegórico.
Sus dos lienzos más conocidos comparten frente a frente la capilla Cerasi en Santa María del Popolo, pintados en 1601:La conversión de San Pablo y La crucifixión de San Pedro,sorprenden por su intensidad y dramatismo. Fueron muy dicutidos por utilizar modelos de los bajos fondos romanos.
Conversión de San Pablo. Caravaggio. 1601 Conversión de San Pablo. Caravaggio. 1601
Caravaggio, pintor controvertido, supo interpretar magistralmente la Teoría de la Gracia Iluminadora , cuyo máximo teórico es San Agustín: La Gracia es un don que desciende desde lo alto. La Luz es el símbolo de la Gracia que emana de Cristo e ilumina a los hombres, es LA LUZ DE LA SALVACIÓN. Vemos en estas dos obras cómo la luz cae sobre el caballo,provocando un magistral escorzo o sobre el rostro de Pedro rompiendo el equilibrio de las composiciones (diagonales) y quedando iluminado lo trascendental y lo secundario desaparece en la oscuridad.
 
El Apostol San Pablo se encontró con Dios en el camino de Damasco. Despues de aquel encuentro ya nada pudo detenerle. Recorrió 8.000 km a pié y 10.000 km en barco.
 
Caravaggio a su paso por Nápoles marcó a los artistas locales: Ribera (el españoleto), transmitiendo el naturalismo tenebrista a España: Zurbarán, Velazquez, Maíno.
Crucifixión de San Pedro. Caravaggio.1601 Crucifixión de San Pedro. Caravaggio.1601
SIGLO DE ORO ESPAÑOL(SXVI-XVII)
Entre el Renacimiento y el Barroco, fue la "Edad Dorada" española que se extiende entre los siglos XVI yXVII, llegando a su esplendor en las artes (Greco, Murillo, Zurbarán, Velázquez..),en la escultura(Imaginería española:Alonso Cano, Pedro Mena, Martínez Montañés, Gregorio Fernández), en la Literatura(Lópe de Vega, Cervantes, Quevedo, Calderón de la Barca..)
en literatura mística(San Juan de la Cruz, Santa Teresa..)en el humanismo (Luis Vives,Francisco de Vitoria) y durante los reinados de Felipe III, Felipe IV,Carlos II  como consecuencia de la Contrarreforma que obligó a la Iglesia a luchar contra el protestantismo.
 
Cristo de la Clemencia.Martínez Montañés Cristo de la Clemencia.Martínez Montañés
En este ambiente de esplendor intelectual y cultural se desarrolló la Imagineria española, fundamentalmente en dos áreas:Castilla (Valladolid con Gregorio Fernández) y Andalucía (Martínez Montañés, Alonso Cano, Pedro Mena)
Esta escuela llega al perfecto dominio del cuerpo humano:Cristo de la Clemencia de Martínez Montañés.
1616 La Piedad de Gregorio Fernández 1616 La Piedad de Gregorio Fernández
La escuela barroca castellana tiene en Gregorio Fernández su mejor maestro, consolidando un esquema iconográfico propio. El arte procesional ,igual que Andalucía, alcanza su momento culminante en La Piedad, escena principal de la Cofradía de las Angustias, expresividad difícilmente superables: ese alma abatida, destrozada de la Virgen María , proyección de las angustias de todas las madres como ejemplo de firmeza de Espíritu.
Cristo Yacente. Gregorio Fernández Cristo Yacente. Gregorio Fernández
Inmaculada. Alonso Cano.1652.Granada Inmaculada. Alonso Cano.1652.Granada
España, ha jugado un papel singular en la definición del dogma de la Inmaculada Concepción de la Virgen ,definido solemnemente por el Papa Pio IX el 8 de Diciembre de 1854 en la Bula" Innefabilis Deus". En 1615 los hermanos de la Cofradía del Silencio de Sevilla, sellaron mediante voto de sangre, defender que María había sido concebida sin manha de pecado original. A este voto solemne del pueblo sevillano se unieron otras muchas ciudades y universidades.Incluso la Monarqia expresó su fervor mariano, desde Felipe II y Felipe IV, que enviaron embajadas al Papa para que proclamara el dogma, hasta Carlos III, quien reunió las Cortes del Reino y declaró a La Inmaculada Concepción en 1760 Patrona De España, junto con Santiago Apóstol.
Inmaculada. Murillo Inmaculada. Murillo
Ya en pleno siglo de oro, la creación artística española fue abundante en torno a esta advocación mariana. Como curiosidad , fue la escuela sevillana la que dió a la Iglesia el modelo de  la imagen de la Inmaculada inspirada en el Apocalípsis de San Juan 12,1 donde se lee:"una gran señal apareció en el cielo, una mujer vestida de sol con la luna bajo sus pies y una corona de 12 estrellas en la cabeza"
Bartolomé Esteban Murillo, a raíz de su matrimonio tomó como modelo a su esposa para todas sus pinturas de la Virgen, sus tres hijos modelaron ángeles y querubines. El fervor de aquel hogar dió sus frutos pues dos de sus hijos ingresaron en la Orden dominica y franciscana. Gracias a sus pinturas se propagó el amor y la devoción a la Inmaculada Concepción.
Sagrada Familia.Murillo 1650.Museo del Prado Sagrada Familia.Murillo 1650.Museo del Prado
La Sagrada Familia de Murillo, ambientada en un clima familiar , representa una escena doméstica tratada con delicadeza y dulzura. Dos figuras complementarias :padre y madre, en medio el Niño que atrae la atención del espectador, quien juega con el perro, símbolo de la fidelidad. La escena, a primera vista cotidiana y simpática toma un significado premonitorio ya que el pájaro que sostiene el Niño es símbolo de la Pasión y del alma salvada.
Detalles minuciosos, ambiente vaporoso difuminando perfiles y creando con maestría la técnica del claro-oscuro.Todo ello hacen de esta obra un lugar privilegiado de amor y escuela de oración.
Virgen Niña. Zurbarán. 1630 Catedral de Jerez Virgen Niña. Zurbarán. 1630 Catedral de Jerez
La simplicidad de esta genial obra maestra de Zurbarán, La Virgen Niña dormida en una pausa de oración con el libro entre sus manos es gemela a otra similar que se conserva en el Museo Metropolitano de N.York. Sobre la mesa tres flores, la rosa simbolizando el amor, la azucena la pureza y el clavel la fidelidad.
Tentaciones de San Jerónimo. Monasterio de Guadalupe. Zurbarán Tentaciones de San Jerónimo. Monasterio de Guadalupe. Zurbarán
Zurbarán, nacido en Extremadura, Fuente de Cantos (1598-1664), conecta a la perfección con la espiritualidad del SXVII pero tambien con la austeridad y humildad forjada en las comunidades religiosas para las que trabajó. Sus ciclos monásticos y serie de santos y virgenes están repartidos entre los mejores museos del mundo. Destacó en pintura religiosa con una gran fuerza visual y un profundo misticismo. La mayor parte de sus obras estan en la Sacristía del Monasterio de Guadalupe, llamada la "Capilla Sixtina Española"
Sacristía del Monasterio de Guadalupe. Cáceres Sacristía del Monasterio de Guadalupe. Cáceres

La Casa de Asturia, Período Habsburg


Con este nombre se conoce a la rama de la dinastía Habsburgo que reinó en España en los siglos XVI y XVII. Durante ese tiempo se Produjo la espectacular expansión de un imperio en cuyos territorios «no se ponía el Sol»; sin embargo, debilitado por las incesantes guerras y la crisis económica castellana, los síntomas de su decadencia empezarían a manifestarse en esta misma etapa.
Los Austrias Mayores: Carlos I y Felipe II de España
Las alianzas matrimoniales concertadas entre Fernando el Católico y Maximiliano de Habsburgo determinaron la introducción de la dinastía Habsburgo austriaca en el trono español. Fue Carlos de Gante, nieto de ambos, el que reunió las herencias, convirtiéndose en rey de Castilla y Aragón (con sus posesiones americanas y mediterráneas) en 1516, en señor de los dominios habsbúrgicos en Europa y en emperador de Alemania (1519).
Esta compleja herencia determinó la política de Carlos I (V de Alemania). Tuvo que enfrentarse al papado y a Francia por el dominio de Italia, a tos principados alemanes rebeldes, a la amenaza turca en el Mediterráneo y a la extensión del protestantismo en Europa. Todos estos problemas le mantuvieron constantemente ocupado en guerras, pasando más tiempo fuera que dentro de Castilla, y sin una Corte estable.

El enorme esfuerzo bélico tuvo su coste económico. Las rentas procedentes de la exportación lanera de Castilla a Flandes y la plata que venía de América no siempre eran suficientes, o no llegaban a tiempo, y el rey recurrió a numerosos préstamos de banqueros alemanes y genoveses, lo que comprometió gravemente el futuro económico de sus reinos. Así, su hijo Felipe II tuvo que declarar la bancarrota tres veces a lo largo de su reinado, en 1557, 1575 y 1597.
De hecho, además de las deudas, Felipe había heredado las guerras de su padre, aunque no el título imperial, que pasó, junto con las posesiones alemanas Y austriacas, a su tío Fernado (1555). El nuevo rey logró apartar definitivamente a Francia de sus intereses en Italia (Paz de Cateau-Cambrésis, 1559) y frenar el avance de los otomanos en el Mediterráneo (batalla de Lepanto, 1571); asimismo, se anexionò Portugal y sus colonias (1580), con lo que el Imperio ultramarino español adquirió dimensiones colosales, aunque también iba a resultar más difícil de defender. Menos afortunado en la lucha contra los protestantes, no pudo impedir la secesión de las Provincias Unidas del norte de los Países Bajos (la actual Holanda) en 1579, ni contener la expansión marítima de Inglaterra (derrota de la Armada Invencible, 1588). Estos últimos fracasos marcan el comienzo de la decadencia española, aunque su hegemonía en Europa todavía se mantuvo durante cierto tiempo. Pero la economía castellana, principal sostenedora de estos esfuerzos, estaba ya arruinada. 

Los Austrias Menores: Felipe III , Felipe IV, Carlos II

El declive se agudizó bajo el reinado de Felipe III, que no pudo continuar la política exterior de sus antecesores por falta de recursos. Esta precariedad económica se agravó con la expulsión de los moriscos (1609), la población descendiente de los musulmanes que todavía permanecía en la Península, principal sostén de la economía agrícola y manufacturera de algunos territorios, sobre todo en la corona de Aragón. Las medidas que desde el poder se tomaron para hacer frente a la falta de liquidez, como venta de cargos o la devaluación de la moneda, no hicieron sino agravar la situación, instaurando la corrupción y el absentismo en la administración, y distorsionan peligrosamente los intercambios mercantiles.
Felipe III, además, carecía de la capacidad de su padre y de su abuelo, y delegó el gobierno en hombres de confianza; quedó así instituida la figura del valido. Tanto el  duque de Lerma, como su hijo y sucesor en el cargo, el duque de Uceda, se revelaron como mediocres gobernantes, bastante más preocupados por aumentar su fortuna personal que por solucionar los graves problemas de la monarquía, que desde 1618 estaba embarcada en la guerra de los Treinta Años, apoyando a sus parientes, los emperadores Habsburgo.
El ascenso al trono de Felipe IV (1621) significó la asunción de las tareas de gobierno por un nuevo valido, el conde-duque de Olivares. Miembro de una rama menor de un importante linaje nobiliario, también se ocupó de aumentar sus rentas y posesiones personales, aunque en menor medida que sus predecesores. De hecho, Olivares sí tenía ambiciones políticas y capacidad de estadista; en el Gran Memorial que presentó al joven Felipe (1624) trazaba las líneas de su programa. Su objetivo era lograr que la monarquía unificase de forma efectiva todos los recursos económicos, humanos y militares de sus distintos reinos (Unión de Armas, 1626), para emplearlos en renovar su gloria, lo que significaba básicamente gastarlos en las nuevas guerras en que estaba embarcada: con Holanda e Inglaterra por el dominio colonial y con diversos Estados europeos —la Francia de Richelieu y Luis XIII en la sombra— por la supremacía habsbúrgica en el continente. Esta orientación suponía trastocar el complejo político que constituía la esencia misma de la monarquía fundada por los Reyes Católicos, que nació de la confederación de distintos reinos que conservaron sus peculiaridades jurídicas, económicas y administrativas. Y eso era algo que sus súbditos no estaban dispuestos a tolerar, especialmente en la corona de Aragón, siempre celosa de sus libertades.
La década de 1640 fue desastrosa para el gobierno de Olivares, y amenazo la misma unidad de la monarquía. Los portugueses instauraron la dinastía de Braganza, hartos de sufrir en sus colonias las consecuencias de los conflictos europeos castellanos (1640). Se produjo un levantamiento en Cataluña (1640-1652) qUe a punto estuvo de separar este territorio de la monarquía española e incorporarlo a Francia, que si logró anexionarse los condados transpirenaicos del Rosellón y la Cerdaña. También estallaron conspiraciones y levantamientos en Andalucía (1641),Sicilia (1646-1652) y Nápoles (1647-1648). Mientras, en el escenario bélico europeo, la batalla de Nórdlingen (1634) representó la última gran victoria de los ejércitos españoles.
A partir de ese momento, la suerte se volvió adversa para la coalición Habsburgo en la guerra de los Treinta Años, complicada por la entrada oficial de Francia en el conflicto (1635), acumulándose las derrotas de las agotadas y mal pagadas tropas españolas. El año 1643, con la derrota ante los franceses en Rocroi y la caída en desgracia de Olivares, marcó el punto de inflexión, a partir del cual todo iría de mal en peor: la economía acusaba de nuevo los esfuerzos bélicos, complicados con las malas cosechas, las continuas devaluaciones de la moneda y la enajenación de cargos; por otra parte, el problema demográfico causado por la muerte o ausencia de tantos hombres jóvenes se agudizaba. Se declararon cuatro bancarrotas (1627, 1647,1656 y 1662), mientras las posesiones y el comercio con América sufrían el acoso de ingleses y holandeses, y Francia se expandía a costa de las posesiones españolas en sus fronteras. El tratado de Münster (1648) y el de los Pirineos (1659) ratificaron el fin de la hegemonía española en Europa, que pasaba a la pujante Francia de Luis XIV.
La muerte de Felipe IV significó la entronización de Carlos II el Hechizado, llamado así por sus síntomas de retraso mental y físico. Su reinado representó el punto más bajo de la decadencia española, con una corte llena de intrigas en la que se disputaban el poder la reina madre Mariana de Austria y su confesor, el jesuita Nithard, con don Juan José de Austria, hijo bastardo de Felipe IV. Sin embargo, en medio de estas desdichas y del acoso sufrido por las posesiones españolas —muchas de las cuales cayeron en manos de sus enemigos—, se produjeron los primeros atisbos de recuperación. Los proyectos de reforma de la administración o la hacienda, propuestos por los arbitristas, y aplicados en parte por nuevos validos, como el duque de Medinaceli o el conde de Oropesa, serían el preludio de los importantes cambios introducidos en el siglo XVIII por los ministros ilustrados de la dinastía borbónica.
Precisamente la muerte sin hijos de Carlos II (1700) abrió un periodo de incertidumbre. El testamento del difunto nombraba heredero a Felipe de Anjou, nieto de Luis XIV de Francia y bisnieto de Felipe IV de España. Pero existían otros candidatos con derechos, como Fernando de Baviera y, sobre todo, el archiduque Carlos de Habsburgo, que no aceptaron esta solución y consiguieron partidarios en España. Finalmente, tras la Guerra de Sucesión española (1701-1714), Felipe y de Borbón, apoyado por su poderoso abuelo, se convirtió en el fundador de una nueva dinastía en España.

lunes, 9 de julio de 2012

Herta Müller


Quizá sea el recuerdo del resplandor de la nieve del lager, donde estuvo cinco años recluida su madre; o quizá se deba a la luz en los interrogatorios a los que la sometió la Securitate de Ceausescu. O por el dolor ya eterno del frío clavándose como agujas en los ojos en el camión que permitía su emigración definitiva a Alemania. Sea por lo imaginado o por lo vivido, la premio Nobel de Literatura de 2009 Herta Müller no quiere que la fotografíen con flases. No confía en la luz. Tampoco en la lengua, como hizo saber ayer en una conferencia en el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona (CCCB), ciudad donde hoy cierra su estancia con un coloquio. Tras su paso, quedan dolorosos jirones de vida en una exposición dedicada a su vida y su obra en el CCCB, auspiciada por el Goethe Institute.
Vestida de negro, con una media melena que apunta con sus astas al interlocutor y más de un mohín al final de sus respuestas, la dura tristeza de Müller embiste con el lenguaje, desde el mismo título de la conferencia: El idioma como patria. “Ese epígrafe no es mío: la lengua no es una patria, nunca lo es; las lenguas no causan las catástrofes… Un escritor cubano hablará la misma lengua que sus carceleros pero esa lengua habrá dejado de ser su patria”.
En el transcurso de una perorata que resultó tan inquietante y profunda como su prosa, la Nobel tuvo palabras también para España: “Olvido es una palabra muy complicada. ¿Quién debe hacerlo? ¿La víctima? Esta lo necesita para seguir. ¿El verdugo? ¿Para justificarse? Debe ser un proceso colectivo y es difícil. Si no se aborda bien acaba rebrotando, como ha sucedido en España”.
No es gratuita la preocupación de la escritora por la memoria. Ni por el lenguaje. Van ligados a su vida. Nada en ella es gratuito, ni su nombre: Herta, le dijo su abuela, era el de la mejor amiga de su madre en el campo de trabajos forzados en Rusia, adonde llegó en enero de 1945 para un confinamiento de cinco años como una más de los 85.000 rumanos de la minoría alemana que fueron obligados así a reparar su pecado colectivo. Su madre siempre le echó la culpa a la nieve, que delató su escondrijo bajo tierra al encajar sus pisadas. La metáfora en casa fue “la traición de la nieve”, como recordaba la Nobel en la conferencia, ante la proyección de sus collages de palabras.
Descripción: http://ep01.epimg.net/cultura/imagenes/2012/06/26/actualidad/1340736151_639052_1340736371_sumario_normal.jpg
Josef Müller, padre de Herta, con uniforme de las SS. / Marcel·lí Saènz
Müller afirma que no sabe dónde está la frontera entre olvido y recuerdo ni qué deben hacer los ciudadanos con la memoria histórica. Su obra, su vida, es fiel reflejo de ello. En los relatos de En tierras bajas (su primer libro, de 1982, editado en España, como el resto de su obra, en Siruela; Bromera, en catalán) aparecen los rumanos de habla alemana que como su padre participaron en la SS. También, las deportaciones a Ucrania.
“Escribo en alemán”, dijo, “pero la lengua rumana va también conmigo y cada lengua tiene una mirada distinta sobre el mundo; la rumana es dura y vulgar pero tiene una dimensión metafórica que no poesee la alemana; envidio a los autores de escritura de cristal pero yo sólo puedo tocar la realidad haciendo uso de las metáforas”. Esa capacidad metafórica se muestra en los primeros poemas que publica en la prensa en 1972 esa jovencita, que en una de las fotos de la muestra del CCCB se la contempla como a una chica de piernas largas entre sus padres. En otra imagen, aparece el progenitor, ufano soldado del duro Regimiento número dos de la 10ª División Panzer SS Frundsberg del Reich.
“Mis preferencias por escribir prosa o lírica son intuitivas. Cuando iba hacia los interrogatorios de la Securitate solía recitarme poesías, me daban fuerza… El miedo a la muerte no elimina nuestros sentimientos; con el miedo no se pierde la fantasía, sino que ella y tú misma te vuelves un poco más loca, los ojos se te hacen más grandes… Lo he vivido; la poesía es más pragmática para sobrevivir, te da más tranquilidad; por eso el amor desmesurado por la poesía en las dictaduras”.
En la exposición se repasan sus heroicidades bajo una de las más feroces tiranías, la de Ceausescu. Fueron años de militancia en grupos de acción como Banat. Rápidamente despertó las suspicacias del aparato rumano. En una carta de 1985 incluida en la muestra se alerta sobre una chica que escribe de manera “discriminatoria, moral y religiosamente indecente”. Una “autora de embustes a la que se le llama la atención”. Tras El hombre es un gran faisán en el mundo (1986), el acoso de los interrogatorios, el cerco a sus amistades, escuchas y censura de sus textos la colocan al borde del abismo. Y la obligan en marzo de 1987 a buscar desesperadamemte un permiso de salida que le costó 8.000 marcos al gobierno alemán y otros tantos a su familia en sobornos.
Esto le supuso cruzar la frontera con una caja con sus pertenencia que no podía sobrepasar los 70 kilos. El resto de sus cosas tuvo que malvenderlas en almoneda a precios tasados oficialmente, como recuerdan en el CCCB fotos tomadas con el que era entonces su marido.
Tres volúmenes con 914 páginas son la memoria oficial en Rumanía de Herta Müller: las cifras del “expediente Cristina”, que le dedicó la Securitate. “Algunos exmiembros bromearon cuando me dieron el Nobel hace tres años al decir que merecían la mitad del premio por haber contribuido a crear las obsesiones de mi mundo literario... No, no volveré a Rumanía, para ellos no soy rumana, sino alguien de una minoría; además, no es una democracia consolidada y existe una corrupción escalofriante; tampoco veo la necesidad de vivir donde se nace”.
Hoy, de los 1.500 habitantes de Nitchidorf, donde nació Müller en 1953, apenas quedan una veintena de alemanes. En su última novela, Todo lo que tengo lo llevo conmigo, el protagonista, a su regreso del lager ruso, confiesa: “En mis tesoros pone: NO SALGO DE ALLÍ”. Müller tampoco parece poder salir de ese triángulo formado por el papel de su padre, la represión a su madre y la persecución que sufrió ella. Para su propio mal. Para bien de la literatura

Jacobo Fijman, El Canto del Cisne














Demencia:
el camino más alto y más desierto.

Oficio de las máscaras absurdas; pero tan humanas.
Roncan los extravíos;
tosen las muecas
y descargan sus golpes
afónicas lamentaciones.

Semblantes inflamados;
dilatación vidriosa de los ojos
en el camino más alto y más desierto.

Se erizan los cabellos del espanto.

La mucha luz alaba su inocencia.

El patio del hospicio es como un banco
a lo largo del muro.

Cuerdas de los silencios más eternos.

Me hago la señal de la cruz a pesar de ser judío.

¿A quién llamar?
¿A quién llamar desde el camino
tan alto y tan desierto?

Se acerca Dios en pilchas de loquero,
y ahorca mi gañote
con sus enormes manos sarmentosas;
y mi canto se enrosca en el desierto.

¡Piedad!

“En la poesía y en la locura hay un mismo soplo”

Rescatar la voz de Jacobo Fijman es, siempre, volver a plantearse todas las preguntas. En esta entrevista, entre mil cosas, observa que “los médicos dicen que en mi obra no hay signos de enfermedad. Y aunque no son gente de gran entendimiento, en esto aciertan, ya que no hay en mi poesía nada en contra de la gramática, y menos todavía en contra de los grandes estupores que nos presenta la vida. Pero a la vez presiento que en la poesía y en la locura hay un mismo soplo”.

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Jacobo Fijman, poeta (1898-1970).
Por Vicente Zito Lema *
–Hay en su obra, especialmente en sus primeros poemas publicados, una constante referencia a la locura. Incluso la invoca como si fuera el camino para cumplir su destino, “el camino más alto y más desierto”. ¿Por qué esa invocación? ¿De qué demencia se trata? ¿Es una invocación filosófica, en el sentido de Platón, o usted habla concretamente de la enfermedad mental, del sufrimiento y de la internación que usted padece?
–Me refiero a la demencia en el sentido más total, absoluto. Hay formas de la demencia que obedecen a los nervios centrales y otras a los nervios periféricos. Pero también puede ser un castigo. El que va a nacer elige ser bueno o malo. Eso se da hasta con las vacas. También es cierto que la mayoría de los demonios tienen la médula desviada. Cualquier enfermedad, aun el cáncer, es estado de locura. Los médicos tendrían que seguir a fondo las enseñanzas de Hipócrates, que curaba hasta con fuego. ¡Y pensar que incluso hay gente que se alegra de estar loca! La demencia debe ser vista desde un punto de referencia moral. A esa pobre gente que está en el hospicio habiendo pasado por lo más horrible habría que darle buena comida (aquí la comida es pésima), y enseñarles a sentarse a la mesa, a no robar, a no blasfemar... Hay que cambiar, fundamentalmente, la higiene. Es que el hambre, el abandono, la suciedad, las humillaciones, la crueldad de la pobreza contribuyen al deterioro sin tregua de la criatura humana, de su cuerpo y de su alma. Es cierto, en mi poesía invocaba la locura. Aquí se conoce la locura.
–La relación entre el arte, las crisis espirituales más profundas, esos estados que suelen calificarse de locura o demencia, continúa siendo un misterio de difícil revelación. En su criterio, ¿en qué medida la enfermedad mental puede influir en una obra artística? Y de darse: ¿cómo se percibe esa influencia? ¿Con qué palabra se describe? ¿Quién puede rendir cuentas de la normalidad de un abismo por fuera del abismo? –Diría que es un misterio de esencialidad poética, que se arrima a lo divino, y que no puede ser debidamente abarcado por quien no se haya purificado en el fuego de la poesía, primero su lengua y su razón, y después su alma. Corelli escribió su sonata “La locura” después de estudiar durante años esas enfermedades. Y cuando terminaba de tocar la sonata en su casa salía a la calle a conocer a la gente, viendo con tristeza que la mayoría estaban locos. Yo he investigado el alma, también la psiquiatría, en tanto se ocupa del alma, sin decirlo y sin saberlo, lo que aún es más trágico. Y sé que los ciegos y sordomudos son dementes. Que los muy ricos y los que llevan uniformes son dementes y peligrosos. Y que los que visten sotanas y se llaman hijos de Cristo son los más dementes, hipócritas y demoníacos de todos. En cuanto a mi obra, los médicos dicen que no hay en ella signos de enfermedad. Y aunque no es gente de gran entendimiento, en esto no se equivocan, ya que no hay en mi poesía nada en contra de la gramática, y menos todavía en contra de los grandes estupores que nos presenta la vida. Pero a la vez presiento que en la poesía y en la locura hay un mismo soplo.
–¿El soplo de la inocencia? –¡Y del espanto!
–En el nombre de la “razón”, la sociedad prohíbe el delirio, las leyes y la psiquiatría lo castigan. ¿Pero qué es el delirio? ¿La secreta necesidad poética de la especie humana? ¿La creación de un hombre superado por su conciencia y su dolor para no estrellar su cabeza contra un muro? –Hay un delirio poético, del que padecen los poetas, los artistas, y que no siempre es doloroso aunque provoque angustia. Pero el delirio que yo conozco en la profunda intimidad de mi ser es el del hombre que busca todos los caminos en una gran oscuridad para encontrarse con Dios. Acá, en el hospicio, hay otros delirios, pero se apagan lentamente... Siempre el delirio es como salirse de un surco, un arado que escapa del surco.
Los tribunales clasifican a los enfermos en tres categorías. Primer grupo: el de la fatuidad (imbéciles, idiotas). Segundo grupo: los frenéticos.
Tercer grupo: el de la insania. A mí me incluyen en el tercer grupo... ¿Podrán saber que hablo con Dios, que me besan los ángeles? ¿O burdamente piensan que deliro cuando me niego a repetir que dos más dos son cuatro? Me pregunto, usted ama la poesía, pero vive fuera del hospicio, ¿eso lo salva del delirio?
–Yo me pregunto si quiero ser salvado... Para mí el delirio son instantes. Instantes que duran toda una vida. Y es un derecho profundo, personalísimo. Lo veo como una demostración de que el alma existe. También siento el delirio como una virtud humana, que trae la gloria, y nos sostiene ante la mirada de la muerte; entonces intuyo que el precio de su existencia es el infinito espanto de estar abandonados y solos en el momento de la verdad... –A mí me espanta su tristeza; tendría que volver a Dios. Porque su tristeza puede convertirse en una ofensa para el infinito amor de Dios. Yo puedo pedirle a Dios que en el momento de su muerte lo reciba. Pero tendrá que esperar, el río de su viaje es caudaloso. Además aquí en el hospicio, siento por momentos que ya no soy yo. Todo languidece, se opaca... Es tan difícil vivir aquí sin que el alma se convierta en una piedra... ¿Será por eso que los médicos todavía persiguen la piedra de la locura? Hay noches en que miro la noche y me río. Horas y horas me río, pero en silencio, que nadie me escuche...
–A través de la experiencia de su larga reclusión, ¿piensa que hubo alguna evolución en las técnicas psiquiátricas, en la comprensión del mundo diferente del internado, en la situación de vida en el hospicio? ¿Es una desmesura imaginar en este lugar a un psiquiatra que ve en los ojos de su paciente la luz sin mácula y a la par desgarrada de la poesía? –¿Ver la luz celeste de la poesía en la oscuridad perversa de un infierno...? Sólo Dios, o los ángeles podrían hacerlo. Me cuesta hablar de la realidad del hospital en forma tan directa, particular. No se olvide de que para la sociedad sigo siendo un loco, un incapaz de buenos juicios. Que debo, al menos en lo formal, aceptar el orden que se me impone, por injusto que sea. Es que no tengo defensas. Ya no existo para el mundo exterior; soy –aunque yo sé bien lo que en realidad soy– un poquito más de esa basura que se aparta para que no hiera con su hedor. Eso sí, por lo que yo puedo testimoniar en carne viva, diría que la psiquiatría vigente no merece ser tratada ni analizada como ciencia. No han ido más allá del castigo indiscriminado, del electroshock o la receta de pastillas. En cuanto a saber del espíritu, nada, nada. ¿Pero acaso podríamos pedirle a la psiquiatría de hoy que entienda lo que es un poseso en la filosofía de Platón? Aun así debemos tener compasión por las ciegas criaturas que nos dañan. Y paciencia: paciencia del amor y del llanto...
–¿Tendrán idea los que dirigen estos hospicios del daño que causan? ¿Sabrán de la falsedad esencial del sistema de representaciones que encarnan? ¿Estarán en conciencia de esa herida que agravan en el espíritu del internado hasta volverla crónica, mortal...? –Si tienen idea, la callan. Si tienen conciencia, la reprimen. Se escuchan orgullosos a sí mismos en ese páramo silencioso que llaman ciencia, y no contemplan en su espejo vacío nada de nada. Para ellos el bien es salud, y la salud silencio y obediencia, aceptar el infierno y dar las gracias. Están por la experiencia, prefieren defender la razón. ¡Todo es una gran tragedia!
–He visto que en el hospital, bajo la lógica manicomial, y amparados en el poder, los dueños del saber confunden la experiencia con la rutina y el acostumbramiento, y la razón, la diosa Razón, la reducen a imponer la obediencia, mientras la verdadera razón huye despavorida... En estas circunstancias pregunto: ¿Qué hace aquí? ¿Por qué sigue aquí? ¿Han leído los médicos su poesía? ¿Hay algo más certero que la poesía para conocer la verdad profunda de un hombre? –Usted cree demasiado en la poesía, le espera una vida difícil. Yo también creo, pero desde la resignación. El misterio de la poesía nos saca de la influencia de la carne y nos permite esperar la noche divina. Soy un poeta que ya no busca las palabras, sino el verbo; pero para los médicos y los jueces, para su cruel simpleza, sigo siendo un enfermo mental. Sin embargo, para mí, la sociedad en su conjunto está trastornada. Gran parte de la gente padece de problemas mentales, en especial los psiquiatras, los gobernantes, los hombres del poder. ¿Es que alguien sabe lo que es el alma, lo que es el intelecto? ¿Es que alguien ama a su prójimo como a sí mismo? Los que ven a un preso, ¿miran al preso? Los que vienen al hospicio, ¿miran al loco?
* Fragmento de un diálogo que tuvo lugar en 1968, en el Hospital Borda, donde Jacobo Fijman se hallaba internado desde la década de 1940; publicado en la revista Crisis, Nº 11, marzo de 1974, e incluido en el libro de Vicente Zito Lema Diálogos. Encuentros con Jacobo Fijman, Enrique Pichon-Rivière, Fernando Ulloa y León Rozitchner, de reciente aparición (Ed. Topía).