viernes, 23 de marzo de 2012

La escritora acababa con su vida hace 70 años hundiéndose un el río con piedras en los bolsillos | La interpretación que hizo Nicole Kidman de la ingl

Sumergiendo su cuerpo en el río con los bolsillos llenos de piedras para impedir poder salir a flote. Así acabó con su vida la escritora Virginia Woolf el 28 de marzo de 1941, hace 70 años. Dominó como pocos el género epistolar y quizá por eso se despidió de su esposo con una emotiva carta de despedida.

Tras su muerte, la que es considerada una de las mejores novelistas en lengua inglesa quedó relegada al olvido hasta que en la década de los 70 se empezó a rescatar su obra. Su modelo de mujer que se había rebelado a la sumisión masculina había encandilado al movimiento feminista. Así fue como se empezaron a desempolvar obras como Mrs Dalloway, Las Olas. Orlando… Lo relataba Lluís Permanyer enRecuperación de Virginia Woolf, un texto en el que además se describía de forma minuciosa la muerte de la gran escritora.

Amiga de grandes como James Joyce o Marcel Proust, Adeline Virginia Stephen se educó en un ambiente completamente literario y formó parte del grupo Bloomsbury, un claniconoclasta y rebelde que renegaba de la clase media. Allí conoció al que más tarde sería su marido, Leonard Woolf, del que adoptó el apellido con el que pasaría a la posteridad.

Ligada a Londres
La escritora británica mostró en muchos de sus relatos su pasión por Londres. Un hecho que quedó del todo constatado cuando en 2005 aparecía un texto inédito de Woolf: Retrato de una londinense.

A través de su obra
Sucede con la mayoría de escritores que la mejor manera de conocerlos es a través de su obra. El caso de Virginia Woolf no es una excepción. Y su visión del mundo, nada conformista, se evidencia en todas las líneas que escribió, especial (y evidentemente) en sus diarios, que escribió periódicamente durante casi tres décadas. En el primero de ellos, Un momento de libertad, Woolf se despachaba a gusto con sus amigos: de Joyce, por ejemplo, destacaba que era “insignificante, egocéntrico, aburrido y que decía porquerías”. También los viajes hablaban de la escritora. En 1920 Virginia visitó la Alpujarra y relató su inmersión en aquella España profunda del primer cuarto del siglo pasado.

En 1982, cuando se conmemoraban 100 años de su nacimiento, el mundo recordaba a la escritora a través de obras como Una habitación propia, convertida en un símbolo feminista.

Woolf, a escena
¿Quién teme a Virginia Woolf? fue una obra de teatro y más tarde una película de éxito. Pero la historia de escritora inglesa llegó a la gran pantalla en 2002 metida en el cuerpo de Nicole Kidman. La actriz australiana se “afeó” para dar vida a Virginia Woolf en la película Las horas, dirigida por Stephen Daldry. La espectacular transformación e interpretación llevó a Kidman al olimpo de los actores: fue premiada con un Oscar.

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Comentario

El misterioso ‘sapiens’ primitivo que vivió en China

14.500 y 11.000 años en el suroeste de China, compartiendo espacio y tiempo con nuestra propia especie. Son la ‘gente ciervo rojo’ (red-deer, en inglés), de la que hasta ahora no se tenía noticia y cuyos fósiles, aún rodeados de muchos misterios, han sido presentados en la publicación científica PLoS ONE.

Los restos, según explican sus descubridores, son fragmentos del esqueleto de cuatro individuos diferentes y fueron encontrados en dos yacimientos distintos: en Longlin (provincia de Guangzi) y en Maludong (provincia de Yunna), ambos en la misma zona del sur del país.

Hasta ahora, nada similar se había encontrado en Asia, recuerdan los investigadores chinos y australianos que, bajo la dirección de Darren Curnoe (de la Universidad de Nueva Gales del Sur). Los humanos más parecidos a éstos son, como publican en su artículo, los que se han encontrado en Nigeria o Sudáfrica, pero de una antigüedad mucho mayor, más de 100.000 años.

¿Qué hacían entonces en China estos humanos ‘ciervo rojo’ (nombre que deben a la Cueva en la que se hallaron y a la cantidad de restos de este animal que se encontraron)? “Existe dos opciones: la primera, que sean un linaje evolutivo nuevo, quizás diferente de los ‘Homo sapiens’; y la segunda que sean los representantes de una muy temprana, y desconocida hasta ahora, salida de África de los humanos modernos, una población que pudo no contribuir genéticamente a la gente que vive hoy”, explica Curnoe a ELMUNDO.es.

Nueva salida de África

Si la segunda hipótesis fuera acertada, significaría, según el investigador australiano, que había una gran diversidad de poblaciones humanas en África antes de su dispersión por Eurasia, hace unos 80.000 años. “Este grupo pudo interactuar de una forma muy limitada, sin dejar huella”, añade.

De momento, los investigadores, aunque lo han intentado, no han podido extraer ADN de los huesos para poder probar sus parentescos. Hasta que no lo consigan, y siguen en ello, reconocen que no podrán saber si estos humanos tuvieron alguna relación con los denosivanos, una especie encontrada en Siberia de la que sólo se tiene el ADN, o con otras especies.

Poco se sabe de cómo era el comportamiento de estos arcaicos ‘sapiens’ asiáticos. Se sabe que vivieron al final de la Edad de Hielo ysobrevivieron al Último Máximo Glaciar, uno de los periodos climáticos más fríos, hace entre 15.000 y 11.000 años, un periodo de transición del Pleistoceno al Holoceno, con cambios en el clima que propiciaron en las comunidades.

“Fue entonces cuando desapareció la mega-fauna de muchos lugares, incluso los ciervos rojos gigantes que explotaban estos humanos de la Red Deer Cave. Sabemos que les gustaba el sabor del venado, porque hay evidencias de que lo cocinaban”, comenta Curnoe.

Al mismo tiempo, los ‘Homo sapiens’ modernos empezaban ya a fabricar las primeras cerámicas para almacenar alimentos y a cultivar arroz salvaje, los primeros pasos hacia la agricultura y la ganadería que inició el Neolítico. Por ahora, no se sabe si ambos grupos llegaron a interactuar o a competir por los recursos.

Restos en cajas

Los fósiles de la cueva de Longlin fueron descubiertos por vez primera en 1979 por el geólogo de una compañía petrolífera. Encontró parte de una mandíbula y fragmentos de costillas. Los restos del esqueleto estaba incrustado en una roca de la que no se pudo sacar, por lo que se guardó en unas cajas en la ciudad de Kunming.

Allí han estado 30 años, hasta que en 2009 el arqueólogo chino Ji Xueping, cofirmante del hallazgo, los encontró y se los enseñó a Curnoe y decidieron reconstruir el esqueleto. Entre los huesos encontraron trozos de carbón que les permitió saber, por radiocarbono, que tenía 11.500 años. “Que fuera tan reciente fue una gran sorpresa”, reconoce el australiano.

En la cueva de Maludong, que era una cantera, los primeros fósiles se encontraron en 1989, pero los arqueólogos locales no fueron descritos con detalle y también acabaron olvidados, durante dos décadas, en un cajón. Hasta que en 2008, Curnoe y su equipo iniciaron en el lugar una nueva campaña de excavación en Maludong y encontraron nuevos fósiles.

Estos restos, según las dataciones, tenían 14.500 años y tras compararlos con los de Longlin encontraron que tenían muchas características en común. “Cráneos y dientes son muy similares y muestran una extraña fusión de rasgos anatómicos arcaicos y modernos, así como algunas características no vistas previamente”, apuntan los paleontólogos en el artículo.

China se abre al mundo

José María Bermúdez de Castro, director del Centro Nacional de Investigación en Evolución Humana (CENIEH) apunta que hasta ahora las poblaciones asiáticas del Pleistoceno han estado al margen de la Paleontología oficial, pero que ahora China y otros países del entorno comienzan a abrirse al mundo.

Recuerda que la clasificación de fósiles encontrados en este país y en el sudeste asiático han sido objeto de una clasificación controvertida, algo que atribuye a “su lejanía de la fuente madre”. “El aislamiento en islas o regiones aisladas no preserva únicametne caracteres ancestrales de la población madre original, sino que, debido a cuellos de botella, sólo conservan parte de la variabilidad genética de esa especie original”, apunta.

En su opinión, “las hipótesis alternativas que proponen los autores están muy bien pensadas y dan testimonio de su prudencia al escribir sus conclusiones”.

La interpretación de Jordi Agustí, paleontólogo del ICREA, es que se trata de restos de ‘Homo sapiens’ modernos, pero algo más primitivos que nosotros, que “pueden corresponderse con la salida de África que hace unos 60.000 años llegó a Australia y pudieron dejar poblaciones por el camino”. “Lo que significa, en el fondo, es que la expansión del ‘Homo sapiens’ fue muy compleja. Puede que los que llegaran a algunas zonas del planeta no fueran los mismos que los que llegaron a otras”, señala el investigador.

Antonio Rosas, investigador en el Museo Nacional de Ciencias Naturales, destaca que este hallazgo pone de manifiesto “la diversidad que tuvo la especie humana moderna en sus orígenes, que luego se ha perdido”. Para este investigador, los ‘sapiens’ chinos son “el equivalente a los cromañones europeos”, grupos poblacionales que demuestran que no hubo diferentes especies conviviendo (o compartiendo) el territorio.

martes, 20 de marzo de 2012

Último Acto (Por Edilberto Borjas)

Todos asistían a las representaciones, no por el interés de escuchar las palabras codificadas en computadoras que los jefes del teatro habían dado a los artistas, sino para ver cómo cada día el personaje principal iba perdiendo sus movimientos originales, sus palabras claras, sus facciones auténticas, su olor a trabajo de campo o fábrica antigua de habitantes terminados. Él, que no conocía el límite del lujo ni la transparencia de la trición, que era un líder, un compañero, como le decían los que en un tiempo vieron en él la representación de la esperanza, un día apareció, en una escena, imitando saludos, ensayando reverencias militares y besando anillos de finas damas de papel; ese día, entre dudas y remordimientos se había dejado colocar un hilo en una pierna, entonces la gente empezó a mirar cómo su movimiento al caminar no era equilibrado: la derecha se movía más que la izquierda en una forma grotesca. Empezó a machar junto a los deshonestos: ese día se dió cuenta que los aplausos comenzaron a ser menos. Después le colocaron otro hilo en la mano derecha y empezó a firmar documentos que dañaban los derechos de gente de su pueblo; escribía manifiestos que endiosaban las virtudes desconocidas de personajes de oro: se dio cuenta luego, que no sólo los aplausos eran menos sino que el escenario se llenaba de ruidos y murmuraciones irónicas y raras. Se apartó totalmente de los coros colectivos y empezó a soñar con reyes y princesas encantadas y a creer en milagros celestiales. Le colocaron otro hilo en los ojos y sólo los abría cuando el principal magnate del país cortaba cintas o descubría placas de construciones atadas a convenios onerosos. Finalmente le colocaron un hilo sobre la boca y sus labios que en un tiempo reclamaban justicia y cambios, solamente se abrían para dar a conocer las últimas disposiciones arbitrarias del jefe de estado.

Las luces del teatro se apagaron, lentamente el telón se corrió para ofrecer a la vista de los espectadores una sala excesivamente lujosa; en uno de los sillones de la escenografía; estaba sentado una especie de fantoche. Uno de los hilos se movió y el muñeco empezó el parlamento con voz prestada:-Compañeros sindicalistas, hermanos campesinos, reciban mis más expresivos saludos, quiero explicarles que se me acusa de traicionar los intereses y derecho de las bases, pero lo único que he hecho es cumplir con el mandato que ustedes me otorgaron...Si vivo en esta pequeña casa de este pequeño barrio aristocrático, si viajo de una ciudad a otra en mis autos, si mando mis ahorros, que son como de ustedes, a bancos extranjeros, si mis hijos, que también como de ustedes, estudian en instituciones privadas, es para demostrar la justicia del régimen hacia nuestra clase explotada y si colaboro con él es para ceñirme al principio histórico del "orden y progreso", por eso compañeros...ñeros...eros...eros...

Mientras la voz prestada del pelele se oía en el recinto, como una cinta mal grabada; el cuerpo empezó a ejecutar giros extraños, casi mortales. Por una falla intencional del obrero que ese día manejaba las marionetas, del pequeño teatro, uno de los hilos se enrolló en el cuello del actor-muñeco que sin comprender el error se desplomó agonizante.

(Edilberto Borjas, 1950. Narrador. Cursó estudios de Literatura en la Escuela Superior del Profesorado y los continuó en la Universidad Pedagógica de Bogotá, Colombia. Obras: Tiradores de Pájaros y Otros Cuentos, El Tolupán de la Flor)

Literatura y Tradición Oral Hondureña: Guancasco

Literatura y Tradición Oral Hondureña: Guancasco:                                              El Guancasco, Pintura de Arturo López Rodezno Leyendo ayer en el Diario La Tribuna, me topé c...